1.2 Creatividad y Violencia:


LA MIRADA VIOLENTA V/S LA MIRADA CREATIVA


“Reducir una acción que es creativa a pura fascinación es una operación violenta y fuente de violencia”.  (Alfonso López Quintás. “Blog  “Tendencias21 sobre formación en creatividad y valores” 01 Nov. 2.011) 

Es fácil escuchar las frases “estoy fascinado” o “estoy sub-yugado”.  A veces las pronunciamos sin saber su real significado y le damos el sentido de “ad-miración”; pero con ellas queremos decir algo absolutamente contrario: La admiración es un mirar hacia, implica respeto por lo ad-mirado: Un situarse frente a la realidad para dejarla ser… Se trata de un situarse ni tan distante que implique indiferencia, distanciamiento; ni tan cerca que implique intromisión, apoderamiento o fusión.  Quienes se aman – parejas, amigos, padres e hijos, etc. – no sólo permiten a otro ser sino que le impulsan e inspiran a ser; tampoco se fusionan con ellos de tal modo dejar de ser…  El fascinado está encandilado, enceguecido, perdido a sí mismo, ante una realidad que lo sub-yuga, esto es, lo esclaviza bajo su yugo… Deslumbrado, encandilado,  se desvalora a sí mismo: se anula su poder de diálogo porque ya no hay dos sino uno apoderado del otro…  Un dueño y una persona reducida a su medio de consumo. 

Es fácil confundir la sensación de vértigo que provoca la fascinación, con su contrario, el éxtasis, que provoca la felicidad.  Desgraciadamente, hoy se usa la palabra éxtasis como nombre de una droga que provoca  todo lo contrario: vértigo. En el vértigo hay una entrega pasiva a aquello que lo produce, un dejarse llevar, un abandonarse… Puede ser el poder, la avaricia, el juego, el erotismo, cualquier droga…  Cae en esta misma sensación el dominante y el dominado; pues, en sentido estricto, ambos son dominados por lo que les sub-yuga.  Es el caso de Camille Claudel que, fascinada por el escultor Auguste Rodin  a quien conoce a los 19 años y elige como maestro.  Camille, teniendo gran genialidad como escultora, se deja arrastrar por Rodin en una fascinación que la abarca a ella por completo y borra todo límite: él no la ama; la usa como objeto de inspiración… Ella destrozará toda su obra;  sus esculturas y el hijo que espera de él… Para ella, todo el mundo gira entorno a Rodin; con él y sin él, es nada… Esta fascinación u obsesión le recluirá en un psiquiátrico donde vivirá sus últimos 30 años (más de la mitad de su vida).  A su muerte, la familia la enterrará en una tumba sin nombre…  El año 1988, se hizo una película biográfica: Camille Claudel, Francia, Dir. Bruno Nuytten.  El 2013, se hará otro film francés, dirigido por  Bruno Dumon, que narrará algunos días de su estadía en el psiquiátrico.

Es interesante que una de las esculturas de Camille, salvadas de su destrucción,  llamada “La edad madura”, expresa su relación con el escultor: Ella, de rodillas, implorante, intentando retenerlo; tras él, como una sombra, la esposa quien siempre supo -pero a quien nunca importó- la relación que él tuvo con Camille; pues también tenía claro que para él cada mujer era una de tantas…





El vértigo lleva a la pérdida de la creatividad más fundamental: la del ser y, consecuentemente, del encuentro con lo que escapa a una mirada objetual (como objeto, como cosa) de la realidad. El descubrimiento de sí mismo y de los demás, de todo lo personal y del sentido de cada realidad en el Universo y en nuestros mundos, exige de una actitud, mirada, entendimiento y comunicación creativos.  Pues sólo la creatividad – la sensibilidad, la intuición, el amor humilde y generoso- nos permite acceder a lo esencial, a lo invisible a los sentidos y a la mera razón lógica.  Quien está frente a nosotros es quien es; no sólo lo que ha hecho o hace; sino lo que puede hacer porque ya lo es. Sólo que en potencia.   Es la mirada que hace el Quijote de Dulcinea, la que le hace exclamar “Mi bella dama”, porque su mirada de amor – siempre fecunda- le permite descubrir lo que ella misma no ha descubierto de sí. El trato de los demás, la violencia de los demás y de ella para consigo misma, ocultan la dignidad y belleza de su ser, que aparece para el hidalgo caballero. 

Habitamos el mundo, esto es, lo personalizamos… Ya no es “él” o “ella”, es “nuestro” o “mi  hijo-a, amigo-a, esposo-a”; no es “una casa o espacio”, es “mi o nuestro hogar, escuela, templo, barrio, país…”; no es un lienzo, es “mi bandera”, es “nuestro símbolo de amor”, “nuestra canción”, “nuestro patrimonio”, “un recuerdo…”…  Todos los ejemplos mencionados implican una actitud, mirada, encuentro, lenguaje creativos…  Los diccionarios están llenos de significados: mi (adjetivo posesivo), gato (mamífero carnicero, lengua áspera…etc.).  Son conceptos,  significados abstractos, universales, creados para una comunicación abstracta universal… Pero cuando yo digo “Mi gato”, sólo yo y quien realmente me conozca, podrá saber cuál es el sentido de mis palabras; un sentido único, personal, real; donde “mi” no es adjetivo posesivo  (de adueñamiento) sino de historia de existencias compartidas y “gato” ya no es un animal reemplazable, sino único, precisamente por ese “mi”  …  Por ello, en la medida que no nos demos el tiempo y espacio para escucharnos, es claro que habrá mucha violencia; mucha más y más profunda que la que aparece en las noticias…

Uno de los filósofos que siempre ha estado preocupado de la educación, habla de lo que llama Analfabetismo de segundo grado.  El primer analfabetismo, nos dice, es no saber el significado de los términos; el segundo, es cuando no se capta el sentido profundo de las palabras.  En el cuadro “La muerte de Sócrates” del artista francés Jacques-Louis David (1787), a los pie de la cama en la cual se encuentra Sócrates, quien está pronto a tomar la cicuta, aparece Platón; con una túnica blanca igual a la del maestro y dibujado como un anciano… En la realidad “hecho, dato, cosa”, Platón no asistió a la muerte de Sócrates, pues enfermó de dolor… A partir de entonces, él debería asumir el lugar del maestro… Sin estar físicamente presente, estaba y, a pesar de que su edad biológica era de veintiún años, ese día, la experiencia de una de las mayores injusticias cometidas, le hizo vivir de golpe muchos años…

“No conocer el lenguaje de la vida creativa acarrea males sin cuento al hombre porque lo mantiene desinformado respecto a lo que debe hacer para realizarse cabalmente. Pero este tipo de analfabetismo no da la cara. Colapsa la vida personal, no permite darle su sentido pleno, y esto significa un infortunio para quien tenga una idea clara de los valores. Pero la gente apenas repara en ello debido a que dispone de bastante información y ésta se confunde fácilmente con la formación por cuanto permite hablar y opinar con soltura.
Si se piensa de modo riguroso, se advierte claramente que la mera información no suple en modo alguno a la formación. Lamentablemente, hoy se estima a veces más la información superficial que la formación profunda. Estar informado supone cierto tipo de dominio de la realidad. El frenesí informativo actual está en buena medida inspirado por el ideal de la posesión: se ansía poseer información. Saberlo todo es una forma de poder. De ahí que la libertad de información y expresión, malentendida como algo absoluto, se enfrente a menudo con el derecho a la intimidad de los ciudadanos y los grupos sociales.” (Ibíd.)

Los objetos y los ámbitos: La creatividad nos exige trascender los cuerpos, los objetos –con mayor razón en lo personal, aunque no exclusivamente, pues somos responsables de la naturaleza.  López Quintás distingue entre ver y moverse entre objetos (realidades tangibles, fácilmente captables pues se imponen a los sentidos o al instrumental que es una prolongación de los mismos)  y los ámbitos.  Con los objetos nos relacionamos; con los ámbitos nos encontramos y creamos o recreamos:

“Tomo en la mano una partitura de la Quinta Sinfonía de Beethoven.  En un aspecto, es un objeto, porque pesa, tiene unas delimitaciones precisas, se compone de materia, puede ser agarrada con la mano, está aquí y no en otro sitio, sirve incluso para hacer fuego. Pero, en cuanto figuran en ella ciertos signos que expresan una obra musical, esto que tengo ante mí no es un objeto; no es pesable, asible, medible, localizable en un solo lugar. ¿Dónde se halla la Quinta Sinfonía en cuanto obra de arte? (…) Pero el manuscrito no es la sinfonía. Esta sólo existe en el lugar y momento en el que es debidamente interpretada. La sinfonía como tal no está sometida a un tiempo y espacio físicos. Por eso puede estar al mismo tiempo en lugares muy diferentes, en todos aquellos en los que sea debidamente interpretada. Tiene un modo de realidad distinto al de los objetos, al de la partitura considerada como objeto.
Vemos cómo una misma realidad -la partitura- presenta dos vertientes: una objetiva, otra ambital. Y ambas se necesitan y complementan; se integran. Pero ¿quién sabe integrarlas? El que conoce el lenguaje musical y no se queda en las meras apariencias, antes penetra hasta el fondo. El que no sabe leer una partitura ve esta realidad que sostengo en la mano como un mero objeto. La reduce de valor, la degrada, la empobrece, la despoja de su sentido cabal para reducirla a un mero significado: el que tiene una realidad que presenta condiciones tales como arder, pesar, ocupar un espacio, ser manejable...” (A. López Quintás. Módulo “Ejercicios para descubrir los ámbitos y características”  http://cerezo.pntic.mec.es/~alopez84/curso/modulo1/lectio15.html)

Esta diferencia entre “objeto” y “ámbito”, nos lleva a distinguir, en el mismo sentido, entre:  a)  “significado” y “sentido”, b) “dato o hecho” y “acontecimiento”, c) “producto o reproducción” y “creación, recreación o interpretación o procreación”, d) “lenguaje prosaico” y “lenguaje creativo o poético”, e) “conocimiento de los objetos o cosas” y “conocimiento de las personas”…

Producto de la realización creativa, el ser humano asciende, se realiza; es lo que se llama "éxtasis", a menudo confundido con las fuertes sensaciones de vértigo que llevan al ser humano por una caída, decadencia, desmoronamiento... Ya sin voluntad, dominado por pasiones que lo esclavizan, sub-yugado, cae al vacío...  Una vez más Alfonso López Quintás nos aclara: "Sobrevolemos esta breve descripción. El proceso de vértigo es falaz y traidor: nos promete, al principio, una vida intensa y cumplida, y nos lanza súbitamente por una pendiente de excitaciones crecientes, que no hacen sino apegarnos al mundo fascinante de las sensaciones (nivel 1) y alejarnos irremediablemente de la vida creativa y del ideal de la unidad (niveles 2 y 3). http://www.jp2madrid.org/jp2madrid/documentos/coleccion_educar_amor/EDUCAR_09015.pdf


Penulis : Lilian Arellano Rodríguez ~ Sebuah blog yang menyediakan berbagai macam informasi

Artikel 1.2 Creatividad y Violencia: ini dipublish oleh Lilian Arellano Rodríguez pada hari jueves, 27 de febrero de 2014. Semoga artikel ini dapat bermanfaat.Terimakasih atas kunjungan Anda silahkan tinggalkan komentar.sudah ada 0 komentar: di postingan 1.2 Creatividad y Violencia:
 

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